Un intendente loco por el fútbol

Su busto está en la plaza Mitre, muy cerquita del de Bartolomé Mitre. Una calle que lleva a la Catedral lleva su nombre. Fue intendente de San Isidro, pero en tiempos mundialistas los fanáticos del fútbol lo recuerdan por su otra faceta, ya que Adrián Beccar Varela puso su granito de arena para gestar el primer Mundial de fútbol, que se realizó en Uruguay en 1930.
La historia de este vecino que llegó a presidente de la Asociación Amateur de Fútbol no empezó en un potrero, de los que no faltaban en San Isidro a fines del siglo XIX. Adrián, hijo de una familia tradicional de la zona, fue abogado, historiador y periodista. "Pero siempre encontraba tiempo para su afición al deporte. Participó en asociaciones juveniles orientándolas a la práctica del fútbol y trayendo a gente de provincias a practicar y participar en torneos zonales", apunta Ivonne Rousset, presidenta del Centro de Guías de Turismo de San Isidro.
"Tuvo inquietudes y capacidad de trabajo suficientes como para desarrollar muchas actividades, razón por la cual se lo recuerda como uno de los más destacados dirigentes deportivos del fútbol", recuerda el historiador Bernardo Lozier Almazan, autor de la clásica "Reseña Histórica del Partido de San Isidro".
En 1918, Beccar Varela se encontró al frente de la Asociación de fútbol en una época de crisis. La entidad competía por el favor de los clubes con la Asociación de Fútbol Argentina, que tenía el reconocimiento de la FIFA. Intentó la aprobación de la federación internacional y no la logró. Pero se consoló organizando el Primer campeonato argentino de fútbol en el que participaron no sólo clubes de la ciudad de Buenos Aires, sino también del interior del país. Según contó alguna vez el el periodista deportivo Diego Lucero, el resultado de la gestión de Beccar fue que muchas selecciones de jugadores de las provincias realizaron giras por el exterior. Así la delegación de fútbol que representó a Argentina en las Olimpíadas de Amsterdam en 1928 estuvo integrada por gente del interior, como el santiagueño Segundo Luna.
Después de conciliar durante varios años y pedir la intersección del mismo presidente de la Nación Marcelo Torcuato de Alvear, en 1927 el sanisidrense logró la unión de las dos entidades que se repartían a los clubes argentinos y la flamante Asociación Amateur Argentina de fútbol lo eligió presidente. Renunció en 1928 para cumplir su deseo de conocer Europa con su familia y recorrer Madrid en busca de una reliquia de San Isidro Labrador para la Catedral.
Pero no logró irse sin la comisión de representar al país en el Congreso que la FIFA realizaba en Barcelona. Allí los delegados del fútbol mundial decidieron la convocatoria que ese deporte había tenido en las Olimpíadas, organizando un campeonato mundial de fútbol. El principal defensor del proyecto fue Adrián Beccar Varela y su discurso fue reproducido en los días siguientes en los principales diarios españoles. "Su actuación en el Congreso fue brillante. Cuando los europeos se descorazonaron ya que el país organizador debía correr con todos los gastos del campeonato, Beccar Varela propuso a Uruguay como sede del primer campeonato", recordó Lucero en un homenaje al ex intendente que se realizó en el CASI, en 1980.
Desgraciadamente Beccar VFarela no llegó a disfrutar de su logro ya que falleció en 1929. Del otro lado del Plata no olvidaron su ayuda y le pusieron su nombre a una de las calles de acceso al estadio Centenario de Montevideo.

(Esta es palabras más, palabras menos, la nota que publiqué en el Zonal San Isidro de Clarín la semana pasada. El homenaje al vecino ilustre hizo que recibiese varios mails de adhesión incluso de la familia Beccar Varela)